BLOQUE 7

PREMIO FUNDARTE 2010

PREMIO FUNDARTE 2010
DIARIO DE MOSCÚ

PASEO EN TROIKA. PARQUE SOKOLNIKI

PASEO EN TROIKA. PARQUE SOKOLNIKI
EDGARDO MALASPINA PASEANDO EN TROIKA. MOSCÚ. 2009.

miércoles, 16 de abril de 2008

DIARIO DE MOSCÚ.2006.

DIARIO DE MOSCU. 2006

Por: Edgardo Malaspina

DOMINGO, 20 DE AGOSTO.



Converso con Katia, la hija mayor de Serguei, y le pregunto si recuerda algo del socialismo. Responde afirmativamente de manera rápida: “Para mí el socialismo es sinónimo de colas para hacer cualquier cosa. Nunca se me olvida, por ejemplo, como una vez estuve con mi mamá en una inmensa cola muriéndonos de frío, para comprar salchichas”. Dice esto ingenuamente y se ríe.

En Moscú las ventanas no tiene rejas, pero las puertas de los bloques habitacionales tienen claves para poder entrar. Serguei me dice que ese sistema se implantó después de los actos terroristas que terminaron con la destrucción de varios edificios. Son las 9 de la mañana, hace frío y todo está en silencio. Con Lida, esposa de Serguei, vamos al centro comercial Mega, parecido a un Sambil. Comemos en un local portugués y luego vamos hasta el Metro a pie. En la tarde paseamos por el bosque que rodea el apartamento de Serguei. La temperatura no pasa de + 22 grados. En la noche bebemos cerveza y hacemos pasapalos con caviar. María y Valia se fueron a la dacha de los padres de Alexei “a comer manzanas directamente de las matas”. Me dan de probar una bebida llamada Tan, preparada con leche, agua, hongos y sal. Se aprecia el sabor de la fermentación parecido al suero llanero. Casi a las 11 acompaño a Serguei a un kiosco ubicado en el bosque para comprar más cervezas, las cuales vienen en botellones de dos o más litros. Serguei comenta que ahora los rusos pueden ir libremente al extranjero, aunque no pasan del 2 % los viajeros, pero es síntoma de libertad, y luego agrega mientras coloca en una bolsa unas latas de conserva y unos quesos: “Antes estos productos no se conseguían en las tiendas para el pueblo, pero si en los comercios de la nomenclatura comunista”.
LUNES, 21 DE AGOSTO.

La temperatura es de +17 grados. Vamos a visitar la región donde vivíamos Natalia y yo que ahora cambió de nombre. Antes era la Plaza de Noguín, en honor a un revolucionario, pero ahora adquirió su antigua denominación: Kitai Gorod. Cerca está el Hotel Rossía, el cual están derribando, y un poco más allá está la Plaza Roja. El viejo edificio donde estaba nuestro apartamento está restaurado y transformado en un hermoso centro comercial con muchos locales y oficinas. Caminamos hasta el Museo Politécnico, conocido por sus objetos antiguos relacionados con la ciencia y sus conferencias semanales sobre diferentes temas .Allí cerca está otro museo curioso: es de los empaques .En el café Russki Vkus , (El Sabor Ruso), en Plena Plaza Roja, comemos pielmeni (raviolis rusos) y tomamos café. El mesonero espera la propina y yo recuerdo con sorna la lectura de un libro sobre etiqueta y moral donde se afirmaba que las propinas eran llagas características del capitalismo. El autor, soviético por supuesto, finalizaba su obra afirmando que si un ruso quería saber lo que era una propina debía viajar a los países corruptos por el capitalismo. La propina era una realidad en Rusia igual que en cualquier parte del mundo pero solapadamente

Llegamos hasta la Catedral de San Basilio, la recorremos y luego nos dirigimos al Jardín de Alexander para contemplar el fuego eterno dedicado al soldado desconocido. La gente se tira sobre la grama para descansar, y eso antes no era permitido. Todo es nuevo para mí, veo cosas que eran inimaginables durantes el socialismo: muchos kioskos con todo tipo de comidas, muchos buhoneros con una gran variedad de souvenires y bagatelas, muchos carritos de perros calientes con pepsicola y otras bebidas imperialistas.
Caminamos hacia la Casa de la Amistad (antes Casa de la Amistad de la URSS con los pueblos del mundo), que una vez perteneció al rico comerciante Morozov , quien fue unos de los pocos burgueses identificados con los bolcheviques, y cerca de allí veo en una vidriera una marca de cigarrillos, de las más baratas y baja calidad en tiempos del socialismo, llamada Prima. Pero es una cajetilla especial, con un nombre especial y un diseño especial : Prima Nostalgia , toda de color rojo con una imagen de Lénin en el centro…
Las calles tienen otros nombres, los establecimientos también. Todo en correspondencia con los nuevos tiempos que se viven. Llegamos a Arbat, el boulevar más famoso de Moscú por sus artistas, pintores, poetas , escritores y ventas de libros y objetos de artes. También allí están los cafetines y los comercios de souvenires. Compro un libro de Turguenev que quería leer desde hace tiempo: Notas de un cazador. Un poeta recita sus versos, un hombre habla de su nuevo libro, un pintor propone hacerte un retrato, un fotógrafo carga un maniquí de Putin para que aparezca en un cuadro junto al presidente.

En la era soviética fue creado un muñeco , para comiquitas y dibujos animados, que era el más querido de los niños: Chiburashka. Es una especie de animal parecido a un oso, pero no es un oso, tiene la cara redonda, los ojos grandes y las orejas enormes. Él es prototipo de la inocencia para los pequeños, pero un adulto puede ser llamado Chiburashka de manera despectiva para significar que es un tonto o una persona sin importancia. ¿Por qué hablo de esto?, bueno, porque veo una venta de franelas y gorras con el rostro del Ché Guevara y la inscripción: Ché-burashka.

Estoy aturdido, por lo debo hacer un alto. ¿Qué es lo que queda del Poder Soviético?. Queda la palabra revolución, empleada como sinónimo de oferta. Por ejemplo, en una tienda es común observar un cartel sugiriendo la compra de tres artículos por el precio de dos. Antes de la propuesta se coloca la palabra REVOLUCIÓN. Queda Lénin para hacerle propaganda a un cigarrillo sin filtro de baja estofa; y queda la champaña que todavía se llama Soviética, muy buena por cierto. Vaya, vaya, el viejo Marx tenía razón: nada es estático, todo es cambiante, todo es, pues, dialéctico, muy dialéctico. No debo asombrarme, la teoría se corresponde con la práctica.

Caminamos hacia el Metro. Muchos jóvenes tienen cervezas en sus manos y beben. Esto era una inmoralidad durante el socialismo. Observo que se construyen muchas iglesias. Stalin destruyó mil templos. Los rusos tienen un sentimiento de culpa y actúan como si quisieran saldar una deuda con la historia , con las generaciones pasadas. Recuerdo al filósofo Juan Nuño cuando una vez afirmó que en Rusia las convicciones religiosas eran más firmes debido a las persecuciones. Converso con la gente y concluyo que los rusos ya no aceptan la tesis de que su historia comenzó en 1917 con el triunfo de los bolcheviques. Creen que le deben tanto al zarismo como a la revolución.
Cruzamos cerca de Diestki Mir (El Mundo Infantil) , la tienda de juguetes más grande de Moscú Desde allí se observa la redoma frente a la antigua KGB, pero sin la estatua de Felix Dzinski. Una vez sentí admiración por la dureza de ese hombre y me conmoví cuando leí una de sus biografías titulada Felix significa feliz.
A las 11 de la noche regresamos al apartamento. Allí viven también dos mascotas: el perro Elf, negro, lanudo y muy obediente; y la gata Murzia, que maulla tristemente cuando no están sus amos.
Leo Relatos de un Cazador. En alguna parte Turguenev habla de las tabernas de aldeas, donde se reúnen los amantes de la caza; del reproche que alguien hace contra los que matan los pájaros del cielo y los animales del bosque; y sobre los curanderos, quienes usan las hierbas junto a la oración, porque nadie fuera de Dios tiene poder para curar…

MARTES, 22 DE AGOSTO

A las 7 y media salgo a pasear con Elf. Siento frío. La gente camina apresurada hacia el Metro, pero muchos otros pasean a sus perros por las aceras amplias o las muchas veredas de la zona boscosa. Brigadas de jardineros podan los árboles y arreglan las flores, variadas, bellas y coloridas.
Elf me da una lección: ataca a los perros de su tamaño o a los más pequeños. Cuando es atacado por un animal más grande se queda quieto, no respira. Sin duda sabe elegir a sus enemigos. Una anciana lleva con una cadena un perro que parece un zorro blanco. El perro-zorro se abalanza sobre mí y la viejita me calma: “No se preocupe no pasará nada, lo olerá nada más”. Y en efecto así es.
En un puesto de periódicos compro el Pravda, Izvestia y Konsomolka, diarios que conocía desde mis tiempos de estudiante. Ignoro sus nuevas orientaciones editoriales. Hoy es día de la bandera rusa impuesta por Pedro El Grande con sus colores blanco, azul y rojo. Las dos últimas franjas han servido para tejer todo tipo de suposiciones con respecto a Miranda y la bandera nuestra.
Visitamos una clínica privada Oris que tiene todos los consultorios de especialistas. La práctica médica privada era incoincebible dutrante el socialismo. A la salida comemos chebureki, empanadas de Georgia , hechas de trigo y con carne de oveja , grandes y grasosas, pero muy sabrosas. Pruebo el Kvas en lata.

Las Estaciones del Metro ahora están escritas, además de ruso, en letras latinas. No más falsos nacionalismo, por lo visto, y las ventanas se abren al mundo. La estación Montañas de Lénin, que es abierta para ver las colinas, se llama ahora Borobiski.
En el Libro Médico adquiero un ejemplar de filosofía para médicos, una historia de la medicina de mi profesora Tatiana Sorokina y un manual de fisiopatología de mi profesor Victor Frolov. Me agrada que estos textos de mis maestros sean los oficiales, recomendados por el Ministerio de Educación ruso para las facultades de medicina.
Almorzamos en restaurant Drova (La Leña) con pelmeni, torta de manzana y kvas.

Las propagandas comerciales de TV son interesantes; por ejemplo, para demostrar la eficacia de un detergente lavan una franela que dice URSS y tiene la hoz y el martillo. En otro corte comercial unas mujeres en minifaldas y pantalones calientes recomiendan viagra. Los comunistas hubiesen hablado de traición a la patria en el primer caso , y de degradación femenina en el segundo.



sábado, 12 de abril de 2008

DIARIO DE MOSCÚ.2006.


Fotos:1.Cerca de la casa de Serguei.2. María y Valia. 3 y 4. Bienvenida con Vodka y cervezas.








DIARIO DE MOSCÚ








Por: Edgardo Malaspina


2006



17 DE AGOSTO

Partimos de San Juan de los Morros a las 6 de la mañana con la duda del pasaporte de Natalia que no tuvo tiempo de obtener el documento venezolano. Viajamos Natalia, María , Natalí y yo. Alexander nos hace el viaje hasta Maiquetía. En el aeropuerto resolvemos el problema: se puede salir con un pasaporte ruso si vas para Rusia. A las 5 y 30 de la tarde el avión de Lufthansa alza el vuelo. Hace 15 años, cuando salimos de la Unión Soviética , la Perestroika avanzaba y no se sabía hasta donde llegaría.. La URSS se desintegró, por lo tanto salimos de un país socialista y regresábamos a uno capitalista.¿ Cómo será todo ahora? , me preguntaba constantemente, y una mezcla de sentimientos encontrados me acosaba. ¿Será mejor ?, ¿ Y los valores socialista? ¿ Y la unión eterna de los países hermanos? ¿ Y la solidaridad internacional? .En los casi 13 años de permanencia en Moscú me acostumbré, de alguna manera, al orden soviético, que todos denominábamos socialista, con sus aspectos buenos y malos.

Son casi 10 horas de vuelo entre Caracas y Alemania. En el avión tenemos 24 programas de música, una película tras otra y muchas revistas para leer. Todo para matar el tiempo, aunque, como decía Cioran, el verdadero matador es el tiempo. Nos reciben con un desayuno y bebidas alcohólicas: vino, cerveza y whisky. Me duermo y sueño que el avión cae violentamente. En realidad es una turbulencia y todo se estremece. Llegamos a Francfort del Main a las 8 de la mañana, hora de Alemania. En Caracas son las 2 y 3º de la madrugada. Esperamos u n rato en una sala y luego nos subimos en otro avión que en 2 horas y media nos llevará hasta Moscú.

VIERNES, 18 DE AGOSTO.

Son las 4 de la tarde cuando llegamos a Moscú. Nos reciben Serguei, hermano de Natalia, su hija Valia y el esposo de ésta, Alexei. En un rato estamos en Tiopli Stán , la urbanización donde vive Serguei. El nombre de ésta región es una paradoja: puede traducirse como “cálido campo”, pero en invierno es una de las más frías.
Nos sentamos a una mesa bien servida con mucha vodka y cervezas. Estuvimos comiendo, bebiendo y conversando hasta la 5 de la mañana.

SÁBADO, 19 DE AGOSTO.

Son caso las 11 de la mañana, exactamente las 10 y 45. Soñé que estábamos en la casa de Natalia en Ploshad Noguiná , cerca de la Plaza Roja..Todos están durmiendo. Durante la noche llovió un poco. La mañana es fresca. Por las ventanas se observan muchos árboles y sobre ellos las palomas revolotean. Por la conversación de ayer concluyo que los rusos (al menos los de la familia de mi esposa) están muy contentos con el cambio de sistema. Pueden decir los que le da la gana y nadie los acusa de antisovietismo y traición a la patria. La economía libre hizo aparecer todos los productos alimenticios, y en general cualquier cosa que antes era “déficit”,es decir no había o estaba en las catacumbas del mercado negro. Las tiendas de comestibles, antiguamente del Estado y por lo tanto socialistas y casi vacías, están ahora bien surtidas y muy limpias. Las tres marcas de cervezas y vodkas ahora son de muchas clases, tipos y calidades; y son tantas, con botellas distintas en tamaños y formas y presentaciones llamativas que su sola observación en los estantes abruma los sentidos. El kvas, la bebida refrescante nacional rusa, servida antes en vasos de vidrios que eran lavados para nuevamente ser usados, ahora se vende en latas y botellas desechables. Algunas tiendas trabajan toda la noche.
Por televisión (ahora hay 16 canales y antes eran 2 solamente) transmiten un programa especial con motivo del golpe de Estado de agosto de1991. Entrevistan a los actores de los hechos y una cosa está clara: nadie defiende a la URSS. Todos estaban cansados del socialismo. Los locutores y animadores de TV llaman ese período “el imperio soviético”.
Bebo cerveza con Serguei y así hablamos mejor. Él dice que en cierto modo hay nostalgia por la URSS y todos quisieran regresar al socialismo, pero con las comodidades del presente: la libertad de expresión y la variedad de productos en las tiendas. Yo le respondo con un refrán muy ruso: la empanada la tienes en la mano o en el estómago.
Le pregunto por el altar, con íconos y Biblia, en la sala y me contesta que en cada casa hay uno. Antes a nadie que estuviera en sus cabales se le habría ocurrido adornar su hogar con semejantes símbolos religiosos. Los padres de Alexei siendo miembros del partido comunista se bautizaron a escondidas, y así lo hicieron muchos rusos: ocultaban sus creencias religiosas y se hacían comunistas por conveniencia.
Ya son las 8 de la noche pero hay mucha claridad. Así son las noches blancas moscovitas. El programa Vremia (El Tiempo) le hace una entrevista a Gorbachov con motivo de los 15 años del golpe de Estado. Afirma que la caída de la URSS es culpa del partido que no estaba preparado para los cambios que exigía la sociedad. Quiso introducir esos cambios paulatinamente con la perestroika pero los golpistas aceleraron las cosas y son los verdaderos culpables del estrepitoso final del Poder Soviético. Por eso nunca los perdonará.
Informan que los rusos se sienten muy orgullosos de tener libertad de expresión. Las dos terceras partes de los habitantes de Rusia se olvidó de que hubo un golpe de Estado. En Krasnodar (antes Iekaterinodar) derribaron un busto de Lénin y colocaron uno de Catalina II.