BLOQUE 7

PREMIO FUNDARTE 2010

PREMIO FUNDARTE 2010
DIARIO DE MOSCÚ

PASEO EN TROIKA. PARQUE SOKOLNIKI

PASEO EN TROIKA. PARQUE SOKOLNIKI
EDGARDO MALASPINA PASEANDO EN TROIKA. MOSCÚ. 2009.

martes, 24 de febrero de 2009

DIARIO DE INVIERNO 2008-2009






















DIARIO DE INVIERNO. MOSCÚ. 2008

Edgardo Malaspina
JUEVES, 18 DE DICIEMBRE DE 2008

7 grados bajo cero.
Son las siete de la mañana y todo está oscuro. Serguei se echa un trago de ron venezolano,de una botella que le obsequié, antes de marcharse. Se empina el frasco y luego dice: beber es dañino, fumar también, pero es una lástima morirse sano. Además- remata- le llevo una ventaja a mis compañeros que se echaran la primera copa cuando lleguen al trabajo.
Sobre los carros hay una capa de nieve fina. Ayer cometí una imprudencia al salir sin una vestimenta adecuada, y hoy pago las consecuencias: tengo algunas quemaduras en las piernas por el frío. Me entregan un abrigo que me prestó Valentín, el padre de Lida. Lo envió desde Siberia donde vive. Es un viejo marino bieloruso con muchas historias interesantes sobre sus viajes de puerto en puerto. Una noche completa, hace años, lo escuchamos mientras fumábamos pipa y vaciábamos varias botellas de vodka. Los cuervos cruzan el bosque de un lado a otro. En tv hay un concurso sobre el personaje que más identifica a Rusia: Pushkin, Alexander II, Lénin, etc. Los televidentes votan todos los días. Por radio dicen palabras que antes eran consideradas obscenas. Ayer me negué a beber vodka. Pero hoy nos echamos unos tragos. Lida dice que estos son los momentos cuando uno debe alegrarse por el reencuentro, como en el campo después de haber enterrado una suegra que rompen hasta dos acordeones de tanto tocar y cantar. Es un refrán ruso para expresar contento. La temperatura llega hasta 9 grados bajo cero.
VIERNES, 19 DE DICIEMBRE DE 2008.

Son las dos de la madrugada y no puedo conciliar el sueño. No me acostumbro todavía al cambio de horario.
Durante el socialismo se repetía todos los días que las repúblicas que conformaban la URSS estaban unidas por una hermandad monolítica. Hoy cada una arrima la brasa para su sardina. En muchos países, como Lituania, el idioma ruso fue prohibido .Los nacionales de Uzbekistán prefieren huir de la miseria de su pueblo y vivir en Moscú en algún sótano; pero los rusos los consideran ladrones y violadores.
Ahora las acontecimientos se hacen públicos, (en el socialismo los hechos considerados negativos no se daban a conocer) En Nobosibirk, en Siberia, se roban los pinos en el bosque para venderlos como arbolitos de navidad. Las autoridades decidieron rociar los árboles con una sustancia nauseabunda. En Kazan, antigua república de los tártaros a orillas del Volga ,le disparan a los buses.
Vamos al Museo Politécnico donde se exponen los adelantos científicos del país. Fue fundado en 1872. Aquí hicieron sus intervenciones científicos como Séchenov ( predecesor de Pavlov en materia sobre los reflejos), quien fue acusado después de publicar su libro Los reflejos del cerebro. Cuando le sugirieron que contratara un abogado para su defensa, dijo que sólo necesitaba una rana para hacer sus experimentos delante del juez. También hizo sus demostraciones Timiriazev, uno de los primeros en defender el darwinismo e investigar la fotosíntesis. El museo tiene 170 mil objetos relacionados con la ciencia. Aquí están la primera bomba atómica rusa; una colección de más de mil microscopios, incluyendo originales de los primeros ejemplares que se fabricaron en el mundo; y un radio gigantesco que le regalaron unos obreros al padrecito Stalin.
De regreso pasamos por el monumento dedicado a Cirilo, el inventor del alfabeto que lleva su nombre, nos detenemos en la Academia de Medicina de Rusia y seguimos hacia la Plaza Roja. Allí compro una chapka de conejo, o gorro ,que me protege más del frío.
El periódico Izvestia publica una foto del presidente Nicaragüense con un comentario sobre “el camarada Ortega”. Todo un teatro de hipocresía, porque esa palabra ,“tavarish”, desapareció del vocabulario ruso con la caída del socialismo. Ahora todos somos ciudadanos, señores, su señoría, etc.
En la noche no faltó la vodka.

DIIARIO DE INVIERNO 2008


DIARIO DE INVIERNO
( Moscú. 2008-2009)
Por: Edgardo Malaspina
MARTES, 16 DE DICIEMBRE DE 2008
Llegamos en la tarde a Moscú con una confusión. Pensamos que el aeropuerto de aterrizaje era el Shremetievo, pero resultó ser el Domodiedovo (La casa del abuelo). Por eso nadie nos estaba esperando. Al rato viene por nosotros Alexei, el esposo de Valia, una de la hijas de Serguei, hermano de Natalia. Los termómetros marcan diez grados bajo cero. En la casa el banquete está servido. Las bienvenidas y las despedidas son motivos fundamentales de celebración para los rusos. Hasta tiene un chiste para ilustrar su cultura etílica: un hombre no encuentra una razón para beber, cuando de pronto observa una cucaracha y se le ocurre una idea brillante. Amarra el insecto con un hilo. Lo deja ir, se echa un trago y le dice “hasta la vista”. Luego recoge el hilo y se echa otro trago para darle la bienvenida. Nos ofrecen vobla, pescado de mar seco, que se pasa con cerveza, y es considerado una delicia. La conversación, luego de los saludos correspondientes, gira sobre todos los temas hasta llegar al lógico: el de la política. Ahora Rusia tiene a Pútin de Primer Ministro, y a Medvediev de Presidente. ¿Quièn manda?. Serguei tiene una anécdota para cada situación, y en la siguiente demuestra que Pútin sigue siendo el jefe: Pútin le regala a Medviedev un carro. Medviedev se sienta en el automóvil y nota que no tiene volante. Inmediatamente le pregunta a Pútin por la ausencia de esa pieza importante para conducir. El Primer Ministro le contesta: no te preocupes, está en buenas manos.
Ahora hablamos de socialismo. Alexei dice tener un mal recuerdo: cuando tenía trece años desapareció la leche de los estantes de las tiendas. Serguei lo reprende. Eso es una pequeñez, dice, lo insoportable del socialismo era que casi no había vodka.

MIERCOLES, 17 DE DICIEMBRE DE 2008.
8 grados bajo cero.
Hace 18 años no veía y sentía la nieve. Salgo a pasear con Natalí y la perra de Alexei, Kalista. La nieve apenas cubre el suelo, pero está seca y muy dura. Las palomas y las cornejas atraviesan el bosque. Siento frío sólo en la cara. El cambio de horario me afecta mucho y siento sueño. Ya en casa, Natalia prepara unas arepas y los rusos dicen que son sabrosas. Son las tres de la tarde y ya todo está oscuro, muy oscuro y silencioso. Veo la televisión. Un programa musical tiene un nombre curioso: Sólo lala y nada de blablablá. Pasan la película 17 instantes de una primavera, la cual vi en mis tiempos de estudiante El héroe, Stirlez, es un ruso que se hace pasar por alemán durante la segunda guerra mundial y como espía mantiene informado al comando soviético. Stirlez dice que los fanáticos pueden triunfar pero no pueden defender y mantener su victoria por mucho tiempo, por la vacuidad de su causa. En otro programa, un profesor recuerda y explica lo que era el socialismo. Hay un canal sólo de cultura con entrevistas, exposiciones pictóricas, teatro y música clásica. Ahora veo una velada de chistes. Un cómico dice : yo pensaba que Carlos Marx y Federico Engels eran marido y mujer, pero ahora sé que eran cuatro personas. En otra época ese cómico hubiese terminado en el banquillo de los acusados. Llaman y preguntan sobre la poca nieve. Explican que es un fenómeno que a veces se repite, pero que habrá nieve abundante. Para los rusos el invierno es alegría, y esa alegría la dan las nevadas. En la noche conversamos. Los rusos dicen que mientras haya comestibles de todas las marcas en los supermercados, los comunistas no volverán al poder. Serguei dice que la transición del socialismo al capitalismo fue difícil porque escaseaba todo. Por las mañanas, dice, se iba al bosque a recoger hongos.