1977
JUEVES, 18 DE
AGOSTO. LAS MERCEDES DEL LLANO.
Me despedí de familiares y amigos. Con
Juvenal, en la noche, abordamos el autobús que va hacia Caracas. El padre de
Juvenal vociferó con jactancia y orgullo a los cuatro vientos
que su hijo viajaba para Rusia. Esto alertó a los amigos de lo ajeno. Colocamos
las maletas al final del bus y nos dormimos; pero los ladrones no durmieron.
Abrieron nuestras maletas. Juvenal perdió muchas cosas, entre ellas,
vestimenta.
VIERNES,19 DE AGOSTO. CARACAS.
Día lluvioso, oscuro. Hacemos los últimos
toques. Con Juvenal, Freddy González, y
Mary conversamos de diferentes tópicos .Nos bebimos una botella de vino.
SÁBADO, 20 DE AGOSTO. MAIQUETÍA.
Partimos hacia Moscú a las 7 de la noche. Nos acompañaron Freddy y Mary.
DOMINGO, 21 DE AGOSTO. MOSCÚ.
Pasando por Paris( a las 9 de la mañana
llegamos al aeropuerto de Orly y luego nos trasladaron al Charles de Gaulle)
llegamos a Moscú a las 8 de la noche. Por todo fueron 24 horas de viaje, de las
cuales 13 en avión y las demás en buses.
Todavía había claridad. Dicen que así es en verano. Siento mucho frío.
La ropa que llevo no protege mucho. Todo es distinto. Un grupo de venezolanos
nos da la bienvenida. Una semana estaremos encerrados para hacernos los exámenes médicos. No
entendemos nada.
LUNES, 22 DE AGOSTO.
Hay estudiante de todas partes del mundo.
Converso con dos nicaraguenses. Con otros extranjeros cruzamos algunas palabras
en inglés. De algo sirvió el bachillerato. En una semana saldremos de la
cuarentena y rendiremos exámenes. Rogelio Brito me entregó una chaqueta y me ha
servido mucho por lo del frío. Me parece que el ambiente es bueno para los
estudios. Los venezolanos de la asociación nos visitan. Nos entregan lápices,
papel y unos libros. Moscú me parece una
ciudad limpia, grande, con aire puro y muchos árboles. Todo está como muy ordenado. Bueno, estoy viendo
las cosas desde una ventana. Estamos aún encerrados. Los médicos nos visitan a
cada rato. En el corredor de la residencia tenemos un televisor. Amigos
comentan que la programación es educativa.
26 DE AGOSTO
Hoy finalizará la cuarentena. Saldremos
de este encierro para iniciar clases el primero de septiembre. Repasamos para
presentar las pruebas de exploración de conocimientos .Con los resultados de
esas pruebas nos ubicarán en distintas secciones. Los rusos nos han tratado muy
bien. Aparentemente todo es armonioso en
esta ciudad. Creo que los enemigos a vencer para triunfar en mis estudios son
tres: la nostalgia, el frío y el idioma. Los amigos comentan que además de
las materias propias de la carrera estudiaremos a Marx, , Engels, a
Lénin, y la historia de URSS. Nos
aconsejan practicar deportes para vencer el frío. Un latino de un curso
avanzado dice que en el salón de clases
no se permiten más de 7 estudiantes y que las calificaciones son sobre 5
puntos. Conozco a unos palestinos. Dicen que han participado en guerras. Una
chilena, que vivía en Europa desde el derrocamiento de Allende, me comenta que Pinochet caerá el próximo año.
Esta noche nos reunimos representantes de 10 países latinoamericanos
para hablar de nuestros paises. Yo hablé en nombre de Venezuela.
1 DE SEPTIEMBRE.
Se inician las clases en la Facultad Preparatoria.
Este día (1 de septiembre se le denomina Día del Conocimiento y es el
comienzo de las actividades en las escuelas, liceos y
universidades.) Cursaremos idioma ruso,
biología, química, física e historia de la Unión Soviética. La semana
pasada presenté exámenes de física ,
química y biología.
Ya en la madrugada noté los primeros
destellos del sol. Me levanté temprano y a las 9 me dirigí al edificio de la Preparatoria. En el
auditorio los profesores charlaban en ruso , por supuesto. Nos daban explicaciones
que cinco expertos traducían a sendos idiomas. Nos estaban ubicando. Dos
profesores se hacían cargo de un grupo de 7 estudiantes. Todos se marchaban
para iniciar las clases. Pronto quedé solo: me había metido en el auditorio de
Letras y Humanidades y no en el de Medicina. Me dirigí a un profesor de nombre
Valerio. Habla perfectamente el español y me orientó. Al poco rato estaba en mi
salón. Empezamos a estudiar el alfabeto ruso y para mí la lección se hace fácil
porque en Venezuela me compré un libro y me aprendí las letras rusas. Los
profesores nos tratan como amigos, nos animan.
10 DE SEPTIEMBRE
Las clases son de nueve a doce, y luego de
la una hasta las tres y media. Mi profesora de ruso se llama Elsa Alfredovna.
Es una señora entrada en años con destellos de haber sido bella en su juventud
Dice estar escribiendo un manual de ruso para latinoamericanos. Cometo la
imprudencia de preguntarle sobre lo que pasó con Podgorny, el Presidente del
Soviet Supremo defenestrado. Me llama aparte y me dice en voz baja que hay
cosas que no se deben indagar.
Almuerzo en el comedor de la universidad, pero a veces compro algunos
productos en el mercado. Sólo se pedir cuatro cosas: batón (barra de pan),
molokó (leche), calbasá (mortadela) y maslo(mantequilla).
12 DE SEPTIEMBRE
La colonia de venezolanos nos invita a un
bar. Nos sirven las cervezas directamente de los estantes en unas jarras
grandes, pero están frías. En cada esquina
hay un kiosco de cerveza. Parece que la beben como fresco.
En cada cuarto tenemos un radio. Es como una extensión de corneta con
una sola emisora: Radio Moscú. Es práctico porque hace las veces de
despertador: a las seis de la mañana inicia sus transmisiones con el himno
soviético y a las doce de la noche deja de trabajar también con el himno.
13 DE SEPTIEMBRE
En Moscú hay pocos automóviles. No veo colas y
los carros no forman alboroto con sus bocinas. El silencio es casi total. Hay
trolebuses (buses que trabajan con electricidad para no contaminar el medio
ambiente) con una conexión en una red de cables eléctricos. También hay
tranvías. Conozco el Metro . Es una vía subterránea gigantesca. Ya visité la Plaza Roja. De regreso
me perdí en el Metro. Unos muchachos del Komsomol me auxiliaron y me llevaron a
la residencia.
26 DE SEPTIEMBRE
Empieza a caer nieve que se
derrite rápidamente. Me pongo dos pantalones y tres camisas además de la
chaqueta y los guantes para contrarrestar el frío. Nos llevan a una tienda y
nos entregan un pesado abrigo negro, gorra, bufanda, medias de lana,
calzoncillos largos y guantes. A
Bienvenido, el ecuatoriano, le dieron cada uno de esos artículos por partida
doble por ser de baja estatura.
6 DE OCTUBRE
La temperatura en Moscú cada vez es más fría y está a 3 grados bajo
cero. El ambiente es festivo por los preparativos del aniversario de la Revolución de Octubre
(7 de noviembre por el calendario actual). Se habla de la nueva constitución
soviética y de los Juegos Olímpicos. A dos cuadras de mi residencia construyen
unas edificaciones para los juegos.
Los estudios van bien, pero el idioma ruso es difícil. Por los momentos
estudió fonética y gramática, matemática e historia de la URSS en español. Nos dicen
que en noviembre nos hablarán sólo en ruso y entonces tendremos también física,
química y biología.
7 DE OCTUBRE
Hoy fue aprobada la nueva constitución de la URSS por el Soviet Supremo.
En la introducción se habla de la creación de un Estado de nuevo tipo, del
viraje histórico universal de la humanidad del capitalismo al socialismo. Se dice
que ya el Estado Soviético se ha convertido en poder de todo el pueblo porque
ya la dictadura del proletariado cumplió sus tareas.
8 DE OCTUBRE
Compro el periódico Pravda para ejercitarme
en la lectura. En español sólo se
consiguen el Granma, y a veces Tribuna Popular. Me explican que la palabra
“señor” está abolida con la revolución. Todos somos “camaradas” (tovarishi).
9 DE OCTUBRE
Visitamos el Museo de la Revolución. Nos
muestran películas de Lénin y el Ché Guevara. Escuchamos sus voces. En la parte
dedicada a la Segunda Guerra
Mundial hay un retrato de Hitler roto y en el suelo; jabón hecho con grasa
humana por los nazis, harina de corcho para luchar contra la hambruna que
vivieron los soldadas rusos, restos de un avión alemán derribado por los
soviéticos.
Fuimos a la exposición del Kosmos. Vi y toqué una nave Soyuz de las que
enviaron a la luna, el Vostok de Gagarin, un Apolo norteamericano junto a un
Marte 4 un Venus 3. La perra Laika que enviaron al espacio y regresó muerta
está momificada.
10 DE OCTUBRE
Un amigo
árabe trae música egipcia para escuchar. Tenemos clases hasta los
sábados. A veces cuando hay un feriado asistimos un domingo para recuperar la
clase perdida.
26 DE OCTUBRE
La nostalgia aguda está pasando y me he adaptado al frío. Mastico un
poco el ruso. Los amigos dicen que en diciembre estaremos hablando mejor. Esto
es porque las clases de idioma son constantes e intensas. Vivo en el primer
piso de la residencia y Juvenal en el quinto piso. Nos vemos todos los días.
Hay unas tiendas denominadas Beriozka que funcionan sólo para
extranjeros.
9 DE DICIEMBRE
Mucha nieve.
Todo es hielo. Estamos a 15 grados bajo cero. La atmósfera parece
congelada, sin embargo no se siente tanto frío. Tal vez me estoy acostumbrando. Me preparo para los exámenes del primer
semestre. No tendremos vacaciones de navidad. Aquí no se celebra, sin embargo
los venezolanos decidimos hacer una pequeña fiesta. La nostalgia sigue pasando.
Visitamos varias escuelas e
instituciones de secundaria. Nos preguntan muchas cosas sobre nuestros países
.Estoy entendiendo mejor el ruso.
10 DE DICIEMBRE
Tres venezolanos que vinieron con nosotros se marchan a Venezuela.
Uno de ellos, a quien llamamos el árabe
por su nariz grande, dice que no soportará pasar una navidad sin su familia. “
Tengo muchos años de capitalismo, no me gusta el socialismo”, dice. Otro, Francisco, no logra asimilar el idioma y
piensa que cuando los rusos hablan se están refiriendo a él. Le diagnostican
manía persecutoria .Los mamadores de gallo le dicen Pancho El Perseguido. El
tercero lo llaman Perolito. Es un muchacho retraído y dice no poder superar la
nostalgia.
24 DE DICIEMBRE
Presenté prueba de física. Es un día común y
corriente. Aquí no se celebra la navidad.
La nieve cae abundantemente.
31 DE DICIEMBRE
Presente prueba de matemáticas. En realidad
más que una prueba es un repaso de la
terminología matemática en ruso. Luis Ceballos, un compañero panameño está
enfermo. Está hospitalizado y lo visitamos. De regreso no hay transporte y
debemos esperar largo tiempo el tranvía. El frío penetra hasta nuestros huesos
, entonces se siente como si recibiéramos un martillazo en el sitio afectado y
el dolor es intenso como un fogonazo. Temimos recibir el año en medio de la nieve.
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