BLOQUE 7

PREMIO FUNDARTE 2010

PREMIO FUNDARTE 2010
DIARIO DE MOSCÚ

PASEO EN TROIKA. PARQUE SOKOLNIKI

PASEO EN TROIKA. PARQUE SOKOLNIKI
EDGARDO MALASPINA PASEANDO EN TROIKA. MOSCÚ. 2009.

miércoles, 14 de octubre de 2015

DIARIO DE MOSCÚ.1980




1980

12 DE MAYO

  La  tarde es clara, el ambiente es cálido. El sol se posa en el horizonte y produce unos hervores prismáticos hermosos. Termino los exámenes. Salí bien. Todo lo estamos adelantando por de los juegos olímpicos. Tuvimos una reunión y nos informaron que nuestras prácticas hospitalarias comenzaran el 16. Me ubicaron en la Clínica Nro 55 de Moscú. Estas prácticas son de enfermería. Estamos aprendiendo a inyectar, entre otros trabajos propios de enfermeros. Nos dan una lista de pacientes con los medicamentos y nosotros los aplicamos. En mi primera experiencia no tuve suerte en la sala de hombres. Me dieron una inyectadora con una aguja curva de tanto uso. La misma se dobló, no penetró en el glúteo, y el paciente se quejó de dolor. Decidí probar en la sala de mujeres y una anciana me hizo la propaganda: ese muchacho tiene buena mano, ni se siente cuando pincha la aguja, dijo. De allí en adelante todas las viejitas querían que las inyectara.

Una vez, estando en mi labor de inyectador, noté que se había terminado el alcohol inexplicablemente. Le pregunte a la jefa de las enfermeras, y la misma me refirió a la sanitaria, la que limpia los pisos de nombre Zina. Estaba completamente ebria y me contestó con unas palabrotas. Entonces supe que el alcohol absoluto es un bien muy cuidado en los hospitales porque los amantes de Baco se lo pueden beber en la primera ocasión. Desde ese día fui cauteloso con mi ración de alcohol.

8 DE NOVIEMBRE


            Quien haya leído la vida del Conde Tolstoi llega a sentir gran admiración por él.  Infancia, adolescencia, juventud, Relatos de Sebastopol, los Cosacos, la Guerra y la Paz.  La muerte de Ivan Ilich y muchas páginas más de su extensa producción literaria nos obliga a pensar seriamente en el sentido de la vida.  Entonces analizamos los valores más humanos: el amor, la comprensión, el deber, la moral, la ética, etc.  Después de leer a Tolstoi se vive de otra manera.  Cada día, empezamos a contemplar críticamente nuestra conducta, preguntándonos si esta rutina, gris y fastidiosa, es la mejor manera de llevar nuestras vidas.  ¿Vivimos cada instante con la intensidad que exige una oportunidad irrepetible?  He allí la duda tolstoyana.
            Yo leía a Tolstoi y copiaba en un cuaderno sus consejos: “Es necesario escribir aunque sea un página diaria para mantenerse a tono”.  “Hay que perfeccionar diariamente el espíritu”.  “Para vivir honradamente hay que intentarlo, rompiéndose, confundiéndose, golpeándose, equivocándose, empezar y dejarlo todo y nuevamente empezar y siempre luchar aunque haya privaciones”. 
            Con el tiempo he llegado a interesarme más por Tolstoi filósofo que por el escritor, por el místico que se retira al campo para convivir con la naturaleza, meditar con mucha calma, estudiar las cosas del espíritu, cultivarse en el más amplio sentido de la palabra, dedicarse apasionadamente a la lectura.
            Hoy visité la casa – museo de Tolstoi, en una de las regiones más antiguas de Moscú.  Es una construcción de dos pisos, de madera y ubicada en una calle que lleva el nombre del escritor.  Tolstoi vivió en esa casa a partir de 1882, escribiendo más de cien obras, incluyendo Resurrección y Cadáver Viviente, entre otras.  Allí está su escritorio con sus velas y candelabros, el samovar típico ruso para preparar el té, un juego de ajedrez bellamente tallado en madera, el busto del escritor…
            Un domingo fui a Iasnaia Polaina, al sur de Moscú y a 14 Km. de Tula.  Iasnaia es la finca donde nació, trabajó y está enterrado Tolstoi.  Nos reunimos en la plazoleta, frente a la facultad de humanidades de la Universidad de la Amistad de los Pueblos, para esperar el bus.  Por el camino una profesora nos habló de la gran fuerza espiritual de Tolstoi.  En Tula probamos los melindres muy famosos en esa ciudad.  En Iasnaia Polaina observamos y apreciamos muchas cosas que nos transportaban a la época cuando vivió el gran escritor: la casa blanca de Volkonski, abuelo de Tolstoi; el diván donde nació el escritor, el comedor con el retrato del escritor, los cuadros para los invitados, la sala con el piano, la biblioteca con más de 22 mil tomos, el escritorio, el cuarto de dormir del escritor con un gran número de cuadros en la pared, la escuela que fundó Tolstoi para educar a los campesinos.
            Iasnaia Poliana está situada en medio de un bosque, Tolstoi decía que la naturaleza era su mejor amigo “al que nunca perderé ni con la muerte”.  Por eso vivió con ella, rodeado de manzanos, abedules, pinos, trigos…
            Cerca de un puente hay un lago, más allá una alameda de tilos, un paseo de abedules con una alfombra de hojas secas.
            La tumba de Tolstoi está  a la orilla de un barranco, cubierta de muchos trocitos de tallos y hojas.  Así lo soñó desde la infancia.  Quiso vivir solo “porque solo estaré en la tumba”.

13 DICIEMBRE

Conmemoramos el 150 aniversario de la muerte del Libertador. Nos reunimos los estudiantes de los países bolivarianos. Juvenal cantó con su “cuatro” algunos pasajes llaneros. El Pravda publicó un artículo con el título “La hazaña de Bolívar”. De Venezuela tengo noticias atrasadas por el Granma cubano que informa que allá tenemos huelgas, paros y protestas.

15 DE DICIEMBRE
Las clases de histología son atractivas. Estudiamos por un atlas, diseñado por Eliseev, fundador de la cátedra. Observamos por el microscopio y dibujamos lo que vemos. Elisieev, quien también fue jefe en  histología del Instituto Médico Nro 1, Sechenov,  dirigió la revista “Archivos de anatomía, histología y embriología”. Sus trabajos de investigación tienen que ver con la influencia de los vuelos cósmicos sobre las células. Tengo clases con la profesora Radostina. Es muy buena con nosotros y su rostro refleja humildad. Tiene un defecto en el cuello que muestra algo ladeado. Los alumnos le han dado un apodo: esternocleidomastoideo.

18 DE DICIEMBRE

Regreso de clases del hospital. Necesito estudiar mucho, pues son tiempos de exámenes. Terminamos bioquímica y microbiología y presentaremos las pruebas en enero. Después vendrán unas vacaciones invernales muy cortas. La cátedra de bioquímica la dirige Berezov, Individuo de Número de la Academia  de Ciencias de la URSS. Él dicta las conferencias magistrales. Escribe fórmulas interminables sobre unos vidrios mientras los pasa con un retroproyector. Su libro sobre bioquímica es el manual oficial para todos los institutos médicos de Rusia. Cada tema tiene un profesor distinto.
Microbiología la tenemos con Lubov Fiodrovna, una señora bondadosa que explica las clases con mucha paciencia. Dicen que sufre de los nervios. El jefe es Vasili Kitktenko. Llegó hasta Berlín como médico en la segunda guerra mundial. Investiga todo lo relacionado con la leptospirosis y la tularemia , ambas enfermedades infecciosas trasmitidas por animales. Una vez se autoinoculó con material infectado con tularemia o fiebre de los conejos para experimentar en carne propia los síntomas del mal. En las tardes se le ve en la cancha jugando tenis, vestido todo de blanco.


Fisiología es una de las asignaturas más atractivas para mí. Es teórica y también muy práctica. Trabajamos con ranas, sapos y ratones. Repetimos algunos experimentos para buscar, por ejemplo, los capilares que una vez encontró Malpighi. Al empezar esta nueva materia, en la bienvenida, nos hablaron de la fundación de la cátedra, organizada por Peter Kusmich Anojin, un discípulo adelantado de Pavlov e Individuo de Número de la Academia de Ciencias de la URSS. Anojin fue el primero en formular la teoría de los sistemas funcionales, aplicada a los procesos fisiológicos. Participó en la guerra civil que sobrevino con la revolución de los bolcheviques en 1917. Actualmente el jefe es el profesor Anatoli Korobkov, quien es el médico que dirige la preparación de los deportistas soviéticos que participan en los juegos olímpicos. Sus lecciones son fastidiosas y es monotemático: habla siempre preferiblemente de la fisiología del deporte. Un personaje interesante es el profesor Nikolai Agarzanian, un armenio que se ocupa de los cambios fisiológicos en el organismo durante los vuelos cósmicos. Publicó un libro sobre las reservas de nuestro organismo, donde aborda temas como la nutrición, el clima y el trabajo creador para alcanzar la longevidad.

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